déjame entrar

julio 13, 2011 § Deja un comentario

y así podré salir.

Besar las baldosas de cualquier apartamento, tararear el ruido de la lavadora —y un huevo batiéndose. Caerme muerta. Carne fresca. Ambos lados de la cama me parecen fríos. ¿la música ha parado? Las baldosas son cada vez más pegajosas. Universos derritiéndose, toboganes ardiendo.

déjame entrar, que quiero salir.

i aquesta por terrible

julio 9, 2011 § 1 comentario

d’acabar sent una bombeta de baix consum.

puc fer-ho veure

julio 8, 2011 § Deja un comentario

puc fer veure que m’ets igual. Que ja és aigua passada. Que no m’en recordo dels paràmetres dels teus ulls, de les olors traïdores, de les mans aspres i suaus i un altre cop aspres i després suaus. De com em sabies descobrir i de com ho fas ara. Puc fer veure que som grans i pragmàtics, que deixem enrere emboscades, frases inverosímils a les que ens aferràvem amb les dents, estacions d’autobús, pintades a mitja-nit i d’altres paradigmes adolescents que sonen a poeta romàntic amb un whisky de més. Puc fer veure que ara sí que tenim un camí i no necessitem correr agafats perquè tenim por de no anar enlloc. Puc fer veure que ets un ciutadà més, que s’aixeca, es renta les dents —potser abans d’esmorzar o potser després— i surt de casa. Puc fer veure que si escolto el teu nom no sento res. Res de res. Pur estatisme gastrointestinal. Puc fer veure que ja he llançat les capses i la tinta borrosa. I els estius de cartó ploma i les repeticions cícliques de records inventats.

Puc fer-ho veure perfectament.

lost

junio 2, 2011 § Deja un comentario

You’re losing your time with me.

I’m losing my kind with you.

«we apologize for the inconvenience

May 29, 2011 § Deja un comentario

but heart is out of service.»

We are currently working to fix it.

punts dèbils

May 18, 2011 § Deja un comentario

i comes fortes.

històries de gent que espera als portals

May 17, 2011 § Deja un comentario

a algú que mai baixarà.

my dear, this things are life

May 5, 2011 § Deja un comentario

Creo que vuelven a ser las dos de la mañana. Miro el reloj. Y cuarto. Acaricio, al fin, el olor de las sábanas. Silencio. Compruebo la hora de la alarma, apago la luz de la mesita de noche —creo que la bombilla está perdiendo potencia— y cierro los ojos. Gris. Gris oscuro y, finalmente, negro. Parece de esos días que estás tan cansado que el simple hecho de bajar las pestañas te produce un placer orgásmico y la necesidad de dormirte de golpe. Escucho, de fondo, una respiración suave que se escapa por el patio interior, desde la habitación de mi compañero de piso. Agradezco que este día acabe ya; No ha sido especialmente soleado, tampoco especialmente agradable, ni especialmente productivo, ni especial, en ninguna de sus formas y sentidos. Por encima de la respiración de Álex, empiezo a escuchar el ruido del motor de una motocicleta. No se mucho de estas cosas, pero imagino que es una de esas muy sencillas, que parece que en cualquier momento puedan reducirse a pedazos. Me la imagino de color amarillo. Sí, seguro. Tiene que ser amarilla. Y mientras pienso en porque alguien está conduciendo una moto amarilla a las dos de la mañana, me doy cuenta, de golpe, que he ido, con la motocicleta y su ruido, a una carretera estrecha, con muchas curvas; Parece una carretera de costa, o tal vez se trata de una isla. No lo se. Pero yo no conduzco. Estoy agarrada a un chico con un anorak azul marino. En el momento en el que empiezo a dudar de su identidad, él se gira y sonríe.

No recordaba su olor.

Hace viento y cada tres segundos me llegan rastros de su aroma. Cada vez estoy más cerca suyo. Dice que me coja fuerte, que las curvas son peligrosas. Le abrazo cuidadosamente. En realidad no tengo miedo alguno. A la izquierda, la vegetación es exótica y empieza a dar mordiscos al arcén de la carretera, que está muy descuidada. A la derecha, una gran línea de mar se extiende hacia el norte. Seguimos avanzando con la motocicleta. Me gusta sentir el viento abofeteándonos la cara, tratando de vencernos inútilmente.

Creo que él está silbando una canción. No la escucho muy bien. Me acerco para descifrarla y, en ese momento, se gira. Disimulo. Sonríe y sigue silbando mientras aumenta un poco la velocidad. Estoy segura de que no sabe exactamente a donde ir, así que cualquier lugar será perfecto. Pero de momento no queremos detenernos.

Ahora sí le abrazo fuerte y me da igual. Y pienso que me gustaría que se quedara así, para siempre. Avanzar, correr, adelantar y dejar atrás las ciudades, los peajes, los pasos de zebra y alejarnos, con el depósito lleno, para burlarnos de los porques, de los comos, los peros, los pretéritos perfectos, los condicionales, los malentendidos, las compatibilidades y las dudas.

Simplemente, seguir navegando, cada vez más despeinados, sobre esta nave espacial amarilla.

May 4, 2011 § Deja un comentario

mamá, yo de mayor quiero ser guiri

sujeto + predicado

May 3, 2011 § Deja un comentario

Y en las oraciones simples sucede que el escritor quiere ser un protagonista de novela y el artista una ilustración. Todo músico ha querido ser canción y el arquitecto el rascacielos más alto. El poeta, ser la poesía de alguien y el fotógrafo, una imagen que cause inspiración. El pintor siempre ha querido ser musa y al bailarín le gustaría ser la mejor coreografía del Royal Ballet.

Cualquier ser humano ansía ser descubierto.