hola, mundo

.breve texto a modo de presentación de este nuevo blog ecléctico-excéntrico-concéntrico y prescindible.

un día hubo un pintor que mató a su musa porque no le inspiraba.

hubo un día en que partir de cero fue posible. aferrarse a algo resulta tan absurdo como eficaz. existe. la existencia existe. existimos (yo existo, tu existes y las mil conjugaciones en ángulos distintos) deberíamos nacer con un mando distancia incorporado para creernos que realmente podemos dirigir nuestras vidas. Y es que demasiado tiempo el pintor vivió aferrado a la idea de que no llegaría a componer su mejor obra de arte. Y cayó en el narcisismo y creía que él era la obra de arte, pero una obra incolora. Pero si no hay paleta, se coge directamente del bote.

Siempre me gustaron esas escenas típicas de corto pseudo-alternativo en las que se tiran botes de pintura para simbolizar distintas pasiones humanas. Pero yo no fumo por vicio. Tampoco por placer. Fumo por fumar… y solo a veces. Solo cuando quiero fumar. No entiendo porqué la gente empieza a fumar para luego dejarlo. No entiendo porque me gusta tanto que los dedos me huelan a tabaco. muy poco, que se mezcle ese olor con la colonia y que creen una simbiosis entre dulcura-feminidad-superficialidad y bar de malamuerte, conversaciones a deshora.

A veces los besos son tan incontrolables como el respirar. y cuando luchan orden y caos no se exactamente a favor de quién ir. Y sonrío, sí. eso siempre. Sobretodo cuando alguien corre, cargadísimo, hacia las puertas del metro, desde muy lejos, cuando la irritante sirena ya ha dado unos 25 toques y, aunque todo el mundo -incluso él- piense que no llega, entra de golpe. Y en ese momento se encuentra con ella. Relación de tres paradas basada en intercambio cultural por portadas de libro, miradas (directas, reflejadas, rebotadas, de reojo) y otros quehaceres indescifrables.

Ya no necesito fórmula. No necesito ecuaciones solucionadas. No necesito gráficas y lecciones. Aprendí a aferrarme al experimento, a vivir.